Conclusiones de escribir por 365 días seguidos
lo que aprendí de mi creatividad después de escribir un diario por un año entero.
"Entonces me senté frente a la máquina de escribir, diciéndome a mí misma: Escribe, cobarde; escribe, mujer loca, escribe tu miseria, escribe tus entrañas, derrama lo que te está ahogando, grita obscenamente." - Anaïs Nin
El 30 de junio de 2024 escribí por última vez en un cuaderno que me acompañó en lo que sentí que fue el peor año de mi vida hasta el momento. Un año atrás, cuando tenía demasiadas cosas que decir y que no sabía exactamente dónde colocar, el poder utilizar todas las hojas para llenarlas con mis palabras me parecía muy lejano, casi imposible. Contra mis propias creencias, ese día llegó en un momento bastante simbólico para mí.
Al inicio escribir se volvió como una necesidad para salvarme de mí misma y del mar de emociones que sentía que si no sacaba, me iban a terminar ahogando. Sentía las palabras moviéndose muy adentro en mi pecho, obligándome a vomitarlas como pudiese. Como enredaderas, día a día iban ganando terreno en mi cuerpo. En ese momento, yo estaba transitando las primeras etapas de un duelo que, según mi psicóloga, aún sigo viviendo. Como pude: agarré una pluma, una de las tantas libretas que tenía sin usar y comencé a escribir. Al inicio fue un ejercicio bastante incómodo porque por primera vez sentí que podía verme directamente a los ojos. Ningún espejo me había hecho sentir tan vista como las hojas de ese cuaderno lo hicieron.
Empecé a tener la necesidad de enfocarme en nutrir al ser creativo que tengo dentro y cómo comenzar a abrazar las ganas que tengo de crear. ¿Cómo le puedo dar vida a algo que nunca he procurado? Como siempre, mis primeras referencias son los libros y videos en Youtube. Si buscas en Google “libros sobre creatividad” es casi una garantía que “El Camino del Artista” de Julia Cameron aparezca como una recomendación principal de lecturas. Me llevé una sorpresa al leer que, según Cameron, escribir en un diario puede ser una de las claves para desbloquear a tu ser creativo.
A partir de ello me volví más comprometida a mi hábito de escribir. Empecé a ponerle más atención a los pequeños acontecimientos que ocurrían y pronto pude notar que siempre hay algo de lo que podemos escribir. No me había dado cuenta de que había demasiadas cosas que me inspiraban lo suficiente como para querer tomar una pluma y mi diario. Se me hizo costumbre hilar palabras, oraciones y párrafos que me ayuden a entender al mundo y que el mundo me pueda entender a mí. Un bordado nacido de mis cuestiones, pensamientos y emociones.
Siendo este mi primer post en Substack, quise que mi primer escrito sea para contarte lo mucho que me ha cambiado la vida desde que comencé a escribir. Me intimida infinitamente compartir un poco de cómo percibo al mundo y lo que pienso de él pero, aquí entre nos, son más mis ganas de ser escuchada. De sentirme menos sola en mi mundo interior.
Si comenzamos desde el inicio, la escritura ha intentado hacerse presente en mi vida desde muy pequeña. En la secundaria, como parte de la materia de español, nos dejaron como proyecto de un semestre escribir en un diario. Aunque esos tiempos comienzan a ser difusos, recuerdo haber sentido por primera vez uno de las inseguridades más grandes al intentar escribir de mi vida cotidiana: ¿Qué tiene mi vida de especial que tenga que escribirlo? ¿Hay algo que vale la pena anotar para recordar a futuro? Mi vida en ese entonces era bastante normal: levantarme, ir a la escuela, comer con mi mamá, hacer tarea, ejercicio, bañarme, cenar con mi mamá, leer mientras ella veía la tele y listo. Todo en una rutina que ahora daría lo que fuera para regresar. Escribir en ese diario me resultó tedioso. Aparentemente no había nada que pudiese destacar de mi día a día para que hubiese algo distinto en cada entrada de ese diario.
Tuve el impulso de escribir cuando me vi parada ante la ola enorme de emociones que es tener el corazón roto. Hasta ese momento creí estar preparada para lo que venía pero tristemente nadie está listo para perder a un mejor amigo y a la persona que quieres de un tajo. Yo no era extraña al mal de amores. Pero esta experiencia, la pérdida del vínculo, era algo nuevo para mí. Que esto era distinto y que ante mí estaba el dolor del que todos hablan. De los que inspiran canciones que ahora canto llorando o poemas que me aprietan el corazón. Recuerdo haber sentido que me quedé con muchas cosas que decir, muchas cosas que explicar. Tanto amor que todavía podía sentir vibrar en mis dedos. Lo sentía en todas partes y me quemaba desde adentro. Esa persona ya se había ido y no había vuelta atrás. Mis amigos y amigas hacían lo posible para escucharme, pero aún así el sentimiento no se iba. La pesadez en mis hombros parecía hacerse más grande con cada día, semana y mes que pasaba.
Yo sin saber lo caótico y catártico que sería escribir en un diario
La solución la encontré en un cuaderno de Amazon. En la primera hoja, me hice una promesa: no me iba a juzgar. Estaba escribiendo para mí y nadie más. Dejé ir la expectativa de escribir bien y me dediqué a purgar mi dolor y el amor que aún tenía. Así comencé a escribir y al inicio fue extraño. No estaba acostumbrada a hablarme con la cruda verdad. Me era desconocido poder decirme las cosas tal como las sentía sin temor a que me juzgaran. Ahí escribí lo que no podía enunciar. En ese cuaderno solo estábamos mis palabras, mi corazón y yo. De una vez te adelanto que no me he sentido tan libre como cuando me encerré en ese cuaderno.
De alguna forma ese diario me impulsó a retomar un proyecto literario que no había tocado en casi 5 meses. ¿Cómo se supone que vas a escribir de amor si te acaban de romper cualquier tipo de ilusión que gire alrededor del “felices por siempre”? Mi primer borrador quedó desechado para volver a escribir desde esta nueva voz que poco a poco emergió de mi diario. Resultó que Julia Cameron no estaba para nada equivocada al recomendar escribir para dejar salir a la criatura creativa que llevamos por dentro.
Después de un año de haber comenzado a amar este hábito creativo, te invito a que pierdas el miedo y comiences a escribir. Hazlo con todo y la incomodidad que conlleva mirarse a través de las palabras. Por mucho tiempo mi error y mi más grande miedo era no tener lo necesario para poder transmitir lo que estaba sucediendo por dentro en mi cabeza, en mi corazón. Toda expectativa se fue cuando me recordé que mi diario es para mí. Que solo mis ojos tienen el permiso de leerlo. Que solo yo controlo la línea del tiempo de los hechos. Que mi verdad habita en las historias que me cuento y que ahora te cuento a ti.
¿Qué pasa si no todos los días tienes algo que decir? Abre los ojos. Quiero que realmente observes a tu alrededor. Existen cosas de las cuales puedes escribir todos los días ¿Esa frase que me hizo recordar lo mucho que extraño a mi mamá? Escribí de ello. ¿Ese video de Tik Tok de una chica gritando enojada una canción de desamor? Me hizo escribir tres cuartillas de porqué yo también conozco lo que se siente estar enojada mientras extrañas a alguien. No subestimes las diferentes fuentes de inspiración que hay a tu alrededor. Puedes escribir de lo que sea si aprendes a mirar todo con ojos curiosos.
En conclusión, empecé a escribir para entenderme y poder entender el mundo a mi alrededor. No es un hábito fácil y es algo que se debe nutrir diario. Poco a poco vas a notar como agarras confianza y cuando te des cuenta, tú también tendrás un cuaderno. Un recuerdo tangible de quien eres y cómo ves al mundo. ¿Qué maravilla, no?
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Si llegaste hasta acá, te agradezco muchísimo tu lectura. Este es el primer texto que escribo y espero que quieras acompañarme en los que siguen. Me hace una ilusión enorme que por fin podamos leernos.
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Con muchísimo amor y gratitud,
Michelle ♡︎
Mich que bonito sentí al leer esto, yo desde muy chica descubrí que me expresaba mejor escribiendo, mi mamá al darse cuenta de que me costaba decir como me sentía me regalo un diario, la versión infantil de Ana Frank y mi primer copia de Mujercitas que antes había sido de ella y me dijo que escribiera lo que quisiera que las páginas de ese cuaderno se iban a volver mis mejores amigas; y así me di cuenta de lo fácil que salian no solo las palabras sino también mis emociones, las tareas donde me dejaban escribir qur había hecho en mi fin de semana o vacaciones se volvieron mis favoritas pues gracias a la lectura y a ese cuaderno entendí que podía escribir el día más aburrido y monótono como si hubiera vivido la aventura más maravillosa. Después cuando los sentimientos se volvieron más complejos me encontré plasmando mis primeros miedos, amores y corazones rotos en forma de poesía que no sabía que habitaban dentro de mí, escribía historias (que nunca terminé) donde desbordaba todo lo que sentía, entendí que podía verme reflejada en los libros que leía y al mismo tiempo plasmar un poco de mi en el papel creando algo conformado por lo que me ha salvado desde que era niña, las palabras. Yo todavía no logro dar el salto a que alguien lea lo que redacto, a veces porque lo siento tan mío que temo verme expuesta, a veces por el miedo a no ser perfecta y muchas otras por el sentir que lo que tengo que decir solo me importa a mi.
Estoy muy ansiosa por seguir leyendo lo que tienes por compartir y agradecida por regresarme al primer momento en el que me enfrente a mi primer página en blanco con una pluma de Barbie como única arma.
Rosa Montero menciona en uno de sus libros que los artistas continuamente agarran carbón con las manos desnudas hasta hacerlos diamantes ( toman sus experiencias buenas y malas y las convierten en algo precioso como lo es el arte)
Que lindo saber que encuentras paz en hacer algo tan lindo como lo es escribir. Que bonito Mich que nos dejes ser parte de este proceso tan arrasador como lo es la escritura 🫂
Eres una persona muy admirable 🤍